Cruz
Rezar el santo Rosario
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Otras oraciones


A Nuestra Madre

Consagración al Inmaculado Corazón de María

Purísima Madre mía, quiero consagrarte mi corazón, mi voluntad, mi vida entera.

Llévame al corazón de tu Divino Hijo Jesús, para que Él habite en mí.

Quiero ser totalmente tuyo, Madre mía. Y a partir de hoy servirte fielmente en lo que me mandes.

Sé dulce compañía en mi vida, no permitas que jamás me separe de ti,
y en la hora de la muerte ven a buscarme para gozar de la eternidad en tu compañía.

Bendita y alabada seas por siempre Madre mía.

Amén.

Inmaculada Madre del Divino Corazón Eucarístico de Jesús (Salta, Argentina) – Sitio oficial.


Bendita seas Madre mía

Bendita seas Madre mía, esperanza de mi vida,

radiante luz de mis ojos, redención de mis pecados.

Capullo abierto al amor de tus hijos hacia el Padre,

desde el cielo me bendices, mi corazón te entrego Madre.

(María del Rosario de San Nicolás N° 312).

Amadísima Madre

Dios me conceda la gracia de vivir para ti,

de amar a tu corazón con todo mi ser,

y que seas tú, Madre mía,

la que limpie mi alma y la purifique.

Amadísima Madre, enséñame a amar a Jesús,

hazme digno de Jesús y de ti Madre,

y que la consagración de este día,

me una más a ti y a tu Hijo. Amén.

“La consagración al Inmaculado Corazón de María no quita la libertad del cristiano, no lo anula, sino que lo hace crecer interiormente, hace que su espíritu se renueve día a día, se introduzca en su corazón y se alimente completamente de él. De esta manera, se llega a amar a Jesús en forma total, sólo por medio del Inmaculado Corazón de María” (María del Rosario de San Nicolás N° 939).


Oración corta preferida de Jacinta de Fátima (Jaculatoria)

«¡Dulce Corazón de María, sé mi salvación!»






A Nuestro Padre

Por el camino del bien

“Padre, líbranos de todo mal.

Con tu santa sabiduría, Señor, sálvanos de todo pecado;

en nombre de todos cuantos te queremos, Señor, llévanos por el camino del bien. Amén”.

(María del Rosario de San Nicolás N° PM 40).


Tómame, Señor

“Me has tocado mi Señor con tus manos milagrosas, e hiciste que mi vida cambiara por completo.

Quiero entrar en tu morada, estar en tu presencia.

Tú que eres misericordioso, tómame, Señor que contigo quiero estar. Amén”.

(María del Rosario de San Nicolás N° 115).


Para pedir fuerza espiritual

“Fortaléceme, Padre, con tu inagotable amor, mira mi pobre alma y de mí ten piedad.

Llena de fe mi corazón, mi espíritu, todo mi ser.

Recíbeme y condúceme.

Bendito seas. Amén”.

(María del Rosario de San Nicolás N° 610).

"Pedid fuerza espiritual y os será dada, aparecerá como una luz en la oscuridad, porque el Señor es la luz de los esperanzados”.



Mensajes de María del Rosario de San Nicolás (San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, Argentina).





A Jesús

Gracias

“Gracias Jesús por ser mi guía,

por el aire que respiro,

porque puedo ver el día,

por estar vivo y sentirte dentro mío.

Por saber que no estoy solo,

por querer a mis hermanos,

por mi familia, mi hogar,

por la luz que has derramado.

Gracias por las alegrías,

por darme a tu Madre, como madre,

por la cruz de cada día,

porque con ella quiere salvarme. Amén”.

(María del Rosario de San Nicolás N° 768).

“Esta debería ser la oración diaria de todo cristiano”.


Ven Jesús

“Ven Jesús, que estoy arrepentido de mis faltas y mis pecados,

ven a mí, no te detengas, que Tú salvarás mi vida. Amén”.

(María del Rosario de San Nicolás N° 556).

“Que siempre os acompañe esta oración”.


Para combatir las tentaciones

“Sagrado Corazón de Jesús, purifícame.

Espíritu Santo, vive en mí.

Santísima Trinidad, llega a mí”.

(María del Rosario de San Nicolás N° 639).

“Orad de este modo y todo lo malo, huirá de vosotros”.




A San José

Salve, custodio del Redentor

y esposo de la Virgen María.

A ti Dios confió a su Hijo,

en ti María depositó su confianza,

contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,

muéstrate padre también a nosotros

y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía,

y defiéndenos de todo mal. Amén”.



La devoción de las tres Avemarías

Las 3 Avemarías 1 Les 3 Avemarías 2

Decía Jesús: «¿De qué servirá al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma?...» Y esas palabras repetía San Ignacio de Loyola, recordando que el negocio más importante es el de alcanzar la eterna salvación.


¿Quieres salvarte?... Encomiéndate a la Virgen María, que es omnipotente suplicando a su Divino Hijo.


Pídele su protección como Madre, rezando «todos los días» TRES AVEMARIAS, recordando los privilegios con que la enriqueció la Santísima Trinidad (el poder que le otorgó Dios-Padre, la sabiduría que le comunicó Dios-Hijo, y la misericordia de que la colmó Dios-Espíritu Santo).


La Virgen Inmaculada prometió a Santa Matilde y a otros santos, que quien rece diariamente las TRES AVEMARIAS, tendrá su auxilio durante la vida y su especial asistencia a la hora de la muerte.


Por eso San Alfonso María de Ligorio recomendó con insistencia el rezo de las TRES AVEMARIAS, y San Leonardo de Puerto Mauricio predicó con fervor esta devoción, diciendo: «¡Oh, qué santa práctica de piedad! Este es un medio muy eficaz de asegurar vuestra salvación.»


Rezar así:


1a: ¡María, Madre mía, líbrame de caer en pecado mortal! Por el poder que te concedió el Padre Eterno.

Avemaría

2a: Por la sabiduría que te concedió el Hijo.

Avemaría

3a: Por el amor que te concedió el Espíritu Santo.

Avemaría

Gloria



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